viernes, 29 de mayo de 2015

Life is better in the mountains.

La vida es mejor en las montañas, reza uno de los slogans del Parque Nacional de Yellowstone, el mítico parque por excelencia de todo Estados Unidos. El pasado fin de semana, aprovechando que el lunes fue festivo por la celebración del Memorial Day, María, Marta, los niños (y un amigo americano del Junior High) y yo cargamos la furgoneta de comida, sacos de dormir, colchones hinchables, tiendas de campaña y.... marshmallows. De Salt Lake a la entrada este del parque nos separaban siete horas de coche y unas cuantas paradas de por medio en las tierras altas de Idaho y Wyoming.

Cara de ¿Qué hago en esta esquina del mundo?
 
Creado en 1872 por el presidente Ullysses S. Grant, el primero en ser declarado como parque en el mundo, el Parque Nacional de Yellowstone, se extiende por tres estados, Wyoming, Idaho y Montana, mayoritariamente en el primero de ellos. En sus casi 9.000 kilómetros cuadrados se encuentra el Lago Yellowstone, el lago más grande de montaña de Estados Unidos, realmente impresionante, con las montañas reflejadas en el lago, como un espejo gigante, y la mayor concentración de géiseres y fumarolas del mundo (más que en Islandia). La mayor parte del parque se encuentra encima de un gran volcán, activo, el más grande del continente, creando un ecosistema único y el gran pulmón de Estados Unidos. Acampar en Yellowstone es una gran experiencia y respiras una sensación de libertad, de vida salvaje y bosques vírgenes.
 
De camino a Yellowstone, paramos en las Lava Hot Springs, unas termas naturales en medio de Idaho, con mucha gente usándolas pese a estar lloviendo a cántaros. Más al norte paramos en las cascadas más grandes del Oeste americano, las Idaho Falls. Dos paradas muy recomendables y poco conocidas en el Potato State.
 
 Sergio pescando en medio de la tormenta en Lava Hot Springs.
Las Idaho Falls, agua y ruido en medio de la nada.
 
Girando hacia el noreste llegamos a Yellowstone y, tras la mítica foto de rigor con el cartel del parque, nos dirigimos a nuestra parcela reservada para camping. Destacar que esta parcela para dos tiendas y un coche la reservé, yo mismo, en el mes de febrero, es decir, ¡casi cuatro meses antes! Planificar una visita a un parque de estas dimensiones tiene que hacerse con mucho tiempo de antelación o no podrás acampar en el propio parque. Tras montar dos tiendas bajo la fina lluvia de Wyoming decidimos que dormiríamos, los seis, en una sola, para tener más calorcito y menos humedad. La otra la reservaríamos como almacén y eventual comedor. Unos plásticos comprados a última hora en el Walmart por apenas 3 dólares nos salvaron de una buena mojadura.
 
Otra foto en un cartel de Parque Nacional este año (¡y van unas cuantas!)
 
Yellowstone es un parque enorme, por lo que organizamos las visitas por día y por zonas. El primer día, el sábado, nos dedicamos a la parte noreste, la zona de los géiseres, las fumarolas y los paisajes desérticos y muertos por la acción de ácidos que emana la Tierra. Cada pocos kilómetros nos cruzábamos con animales en libertad, especialmente bisontes de más de 800 kilos caminando por medio de los coches. Si conduces por Yellowstone (la única forma posible de recorrer este parque) y hay un atasco en la carretera es porque hay algún animal cerca y todo el mundo se para para verlo y fotografiarlo. Nuestro deseo era poder ver a los cinco grandes: el bisonte, el oso, el lobo, el zorro y el alce. Los niños estaban muy emocionados con la idea de ver un oso grizzlie (y yo también, para que negarlo) y, finalmente, de los cinco grandes, sólo nos faltó por ver el último, el alce. La suerte fue que el día de vuelta, bajando por las praderas de Idaho una familia de alces se nos cruzó por delante del coche y pudimos rellenar la lista.
 
 Zonas geotérmicas en constante ebullición.
 En pocos metros, zonas con árboles muertos y praderas inmensas con espectaculares ríos.
 Los paisajes son maravillosos, en medio de vapores con olor a huevo.
 El 82% de las grandes praderas americanas están en Wyoming.
 En la zona de Old Faithful un géiser expulsa agua cada hora, con alturas de hasta 75 metros.
En la zona de Mammoth hay terrazas de cal muy similares a las del sur de Turquía.
 
El domingo lo dedicamos a la zona norte del parque, con espectaculares recorridos muy cerca de bisontes y con la esperanza ver algún oso. Cada poco, una piedra nos parecía un grizzlie, una rama los cuernos de un alce y una sombra, un lobo escapándose. Vimos muchos bisontes (de los 400 hace unos años hay, actualmente, unos 4.500) y un par de zorros se cruzaron por delante del coche. Finalmente, en la zona oeste del parque nos encontramos con una osa y sus dos cachorros, jugando y correteando cerca de la carretera. Al poco rato, todo estaba lleno de coches, rangers y medidas de seguridad. La sensación de ver un animal tan impresionante y peligroso en libertad, sin rejas ni barrotes, es genial. Todo el parque está llenos de carteles advirtiendo del peligro de los animales y de la recomendación de almacenar la comida de los cámpings fuera de las tiendas de campaña para prevenir el ataque de osos.
 
 Tras mucho buscar, encontramos a los osos, inalterables a nuestra presencia.
 Los bisontes son los reyes del parque, campando a sus anchas como si fueran vacas por Manzoi.
 Un bisonte con cara de mala leche nos miraba a escasos metros del coche.
 Cascadas y bosques cada pocos metros.
 Este oso se acercó a la carretera, a la zona del parking y un ranger dio un tiro al aire para que retrocediera.
 Detrás de la hierba se puede ver un ciervo mirando a la cámara (momento foto artística).
 ¡Menos mal que el oso que tengo a mis espaldas no es de verdad!
Ciervos y cervatillos hacen su vida y nosotros los fotografiamos.
 
Por las noches, preparábamos cenas en una cocina portátil y hacíamos hogueras para poder quemar marshmallows y comentar el día. El amigo americano de los niños, Kevin, venía muy preparado a la acampada; se nos agotó el gas de la cocina: el tenía uno de recambio; necesitábamos cortar leña fina para encender la hoguera: sacaba un hacha; sólo teníamos una linterna: él trajo cuatro. La verdad es que un niño muy equipado para la vida salvaje (no como nosotros). Mientras Marta preparaba la cena, yo iba con los niños a pescar a un río cercano al cámping (previo pago de la licencia de pesca del parque: 18 dólares). Pocas veces he pescado en mi vida y ¡no se me dio nada mal!
 
Marshmallows churruscados: debes probarlos.
El ranger le enseña a Sergio a defenderse del ataque de un oso.
 
 Estos dos ositos no son nada peligrosos.
Sergio muestra una de sus capturas (devuelta al río pocos segundos después).
Una buena trucha arcoíris que también volvió al río Gibson.
 
El lunes, muy temprano, bajamos hacia el sur del parque y salimos hacia el Parque Natural del Grand Teton, colindante con Yellowstone. Muy recomendable (y gratis), con grandes paisajes y rutas entre ríos. Al salir de la majestuosidad de Yellowstone, cualquier parque parece más pequeño. Bajando hacia Salt Lake paramos en Jackson, una ciudad clave en la ruta para la expansión hacia el Oeste californiano en el siglo XIX: muy pintoresca y típica de estas zonas de montaña, genuina de la América profunda, de cazadores, whisky y pieles de búfalo.
 Al sur de Yellowstone, otro parque.
 Nieves perpetuas y lagos increíbles por todo Wyoming.
A la entrada de Jackson un peculiar arco de cuernos de ciervo.
 
Poco después (unas cuatro horas) llegamos a Salt Lake, cansados de caminar, pero con la sensación de saber que aún quedan lugares vírgenes en el mundo, donde la mano del hombre no se ve y nada ha cambiado en los últimos siglos.
 
Queda una semana de clases: la semana de las despedidas, de los míticos anuarios de firmas, de fiesta, de asambleas, de partidos de fútbol americano y de toneladas de dulces. La semana pasada han llegado a la escuela, la respuesta a las cartas que escribimos a España, al colegio del hijo de mi amiga Paula y los niños y niñas las recibieron muy emocionados.
 
 Pocas excusas necesitan estos americanos para liarla.
 Fijaos el niño de la mesa de atrás, super concentrado en su carta.
Sin comentarios.
 
La semana que viene escribiré la última entrada de este curso, con las fiestas de despedida y todas las celebraciones que nos esperan.
 
Muchas gracias a todos por pasaros y comentar.

3 comentarios:

  1. Penúltima actualizaciòn hasta el pròximo curso escolar,se echarán de menos,pero eso significa que te vienes de vacaciones!!!!bien!!!anoto este parque en mi lista de pendiente!!!:)

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    1. En pocas horas subo a un avión con rumbo al Oeste para después ir al Este y finalmente llegar a casa. Todo llega para los que saben esperar.

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