sábado, 2 de mayo de 2020

Go Big Red!

La memoria de otro verano me lleva esta vez a Indiana, un estado poco conocido del Midwest americano, al sur de Illinois y al norte de Kentucky. Su capital es Indianápolis, conocida por albergar la carrera automovilística de las 500 Millas, el equipo de baloncesto de la NBA de los Indiana Pacers, la ciudad de Pawnee (first in friendship, fourth in obesity) de la inolvidable Leslie Knope y la ciudad universitaria de Bloomington, sede de la Universidad de Indiana.

 Este majestuoso edificio es la sede del auditorio de la Universidad de Indiana.
Para entrar en el campus se atraviesan estas coquetas puertas.

A esta ciudad de Bloomington me dirigí a mediados de julio de un verano pasado para realizar uno de sus famosos cursos de verano: dos semanas en un campus increíble, en unos dormitorios universitarios impecables y con un contenido de alta calidad sobre sistemas de codificación aplicados a la enseñanza, es decir, estrategias y recursos para que los niños puedan programar sus propios robots y juegos, usando las matemáticas como base.

 Más de 800 profesores de todo Estados Unidos nos reunimos en esta ciudad de Indiana.
 Este símbolo griego es el logotipo de la Indiana University (de la que cayó una gorra bien roja)
 Todo el campus estaba lleno de relojes, rojos, por supuesto.
 Ordenadores y cafés de Starbucks: el paraíso. 
 "Indiana University is home" ("la Universidad de Indiana es mi casa")
No me cansaba de fotografiar estas puertas de noche o de día. 

Bloomington es una ciudad al suroeste de Indiana, de unos 80.000 habitantes y con una gran vida universitaria, articulada alrededor de un campus magnífico, cuidado, con zonas ajardinadas y campos de fútbol americano. Este curso de verano duró dos semanas donde todo estaba planeado al milímetro: desayunos, comidas y cenas en los comedores de la Universidad, sesiones de inauguración y clausura con charlas muy inspiradoras y motivacionales, actividades y exposiciones para cada tarde de la semana, fiestas con helados y un ambiente muy distendido y relajado. 

 Una de esas camisetas azules soy yo; imposible localizarme.
 Éste es el cartel promocional del curso, organizado por un instituto educativo.  
Sesión de inauguración de estas jornadas de verano.

Una de las características de la formación universitaria en Estados Unidos es que todo el contenido es muy interactivo y fácilmente aplicable a las clases: nada de teorías retorcidas o rebuscadas, pero sí un contenido muy práctico y útil. Las sesiones nos ocupaban toda la mañana, con numerosos juegos y actividades al aire libre. A media mañana, en cualquiera de los comedores universitarios, servían snacks, comida y café. Todas las tardes había diferentes actividades programadas: talleres de robots, exposiciones, paseos por el campus. Una semana muy entretenida y didáctica en un pueblecito encantador del interior de Indiana.

 Todos los rincones de esta universidad tenían su encanto.
 Cada salón tenía su magia y decoraciones muy clásicas.
 Una de las recepciones en uno de los miles de salones.
¿Hay algo mejor que un helado? ¡Un helado social!
 Fuera de la Universidad, una coqueta ciudad, dinámica y alegre, llena de arte callejero.
 Talleres de robótica todas las tardes.
 Mi equipo para esas semanas.
Los colores y la intensidad de estas luces se controlaban mediante un sistema de codificación.

En resumen, una gran experiencia de verano en una ciudad encantadora de un estado desconocido pero que esconde ciertas sorpresas, rodeado de grandes profesionales y compañeros de todas partes del mundo.

El contador de este blog me ha dicho que más de 200 personas han leído estas últimas entradas. ¡Muchas gracias!

2 comentarios:

  1. Que bien lo aprovechas todo!! Y además te lo pasas bien, esa es la actitud!

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  2. Que experiencia tan chula en esa Universidad,puntazo para tu curriculum

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