El título de la entrada hace referencia a una de mis canciones favoritas de Navidad: una canción de Mecano que Amelia y yo ponemos en la noche de Fin de Año y cantamos muy desafinados. Pongo este título porque Cruz, la nueva (y majísima) maestra de 2º Grado en el colegio, y yo estamos preparando una actuación con nuestras cuatro clases, en la cual vamos a bailar esta canción, mezclando marineros, soldados, solteros, casados, amantes y andantes, niñas con banderas, petardos, relojes y...¡uvas! En un viernes de noviembre Cruz y yo empezamos a soltar ideas (la mayoría de ellas, muy divertidas) y hablamos con la principal de la escuela, proponiéndole un fin de Año español: un reloj que imite al de la Puerta del Sol, las doce campanadas y 8.000 uvas para todos los estudiantes de la escuela. La idea le gustó mucho y continuamos nuestro plan navideño, con muchos ensayos, organización de padres y muchas uvas. Este viernes, a eso de las 9 de la mañana, veremos el resultado, con todo el gimnasio lleno de uvas y relojes.
Entretanto, la Navidad ha llegado a Utah, con sus adornos y sus luces. Esta casa de mi vecindario es un buen ejemplo (la Hello Kitty gigante me recuerda a mi hermana).
Hace unos quince días tuvimos la semana de vacaciones de Acción de Gracias, con su tradicional pavo relleno y su loco Black Friday posterior. Una encantadora profesora de la escuela me invitó a su casa en esta fecha tan señalada y fue una gran tarde- noche: mucha comida, gente muy agradable y juegos de mesa. Tras la cena tres amigas y yo nos fuimos a las rebajas del mundialmente conocido Black Friday: al Toys "R" us, Walmart, Best Buy y los outlets de Park City, con rebajas, cupones y altas horas de la madrugada.
El trinchador al lado de un buen ejemplar de pavo americano.
Aún ahora, al caminar por mi clase, van apareciendo plumas de otra manualidad de Acción de Gracias; parece que esfolamos os pitos na clase.
Estas semanas de otoño ha aparecido una nueva actividad para los sábados por la tarde: un baile texano conocido como square dance: una baile muy popular en el Oeste americano en el que cuatro parejas forman un cuadrado y van moviéndose siguiendo las órdenes de un cantante de country, con muchos pasos, yihas y cinturones de hebilla dorada. Dos profesoras andaluzas con mucho arte y yo dedicamos una hora los sábados para integrarnos en la cultura americana a través de uno de sus bailes más representativos.
Faldas locas, sombreros Stetson, música country y muchas risas: los sábados de 7 a 8 de la tarde.
Entre bailes, uvas y pavos rellenos, la nieve ha llegado a Salt lake City y, con ella, he desempolvado mis viejos esquís, me he comprado unos pantalones nuevos (en Columbia en el Black Friday) y nos hemos sacado un bono de temporada para una de las múltiples estaciones que bordea la ciudad; si el año pasado esquiamos (y nos caímos) en Alta, este invierno hemos ido a la otra cara del cañón de Cottonwood para esquiar en Brighton. Tras los cuatro primeros días, el balance es positivo: una estación de esquí más familiar, algo más pequeña que Alta, con mucha gente haciendo snowboard, zonas de saltos y mucho aire puro.
Las escuelas de Utah se cubren con un manto blanco.
Cuatro pases de esquí para cuatro profesores a mitad de precio. Deal!
Las montañas nevadas al fondo para una foto de postal. Del calor de Hawaii a las cumbres de Utah en menos de un mes.
Mi sombrero de trampero- caza osos hace que tenga las orejitas bien calientes subiendo por las laderas de Utah.
Siguiendo con actividades de invierno, he ido a mi primer partido de hockey sobre hielo en tierras americanas, gracias a la generosidad del distrito escolar para el que trabajo. Además, por ser profesor y llegar pronto (dos buenas virtudes) conseguimos unos pases postpartido para patinar en la misma pista de hielo donde acababan de jugar los grizzlies de Salt Lake y nos hicimos fotos con los jugadores. El partido, muy emocionante y con mucha acción y golpes. Los jugadores se daban unos empujones impresionantes contra los laterales para no perder de vista el disco. No sé como quedaron con ganas de hacerse fotos después del partido.
A la entrada del Maverick Center dos jugadores se enzarzan como ciervos en época de celo.
¡La mano gigante de animar es más grande que Leo!
Un buen plan para un viernes noche: palomitas y hielo.
Dos jugadores muy simpáticos de los Grizzlies de Salt Lake posan con Leo y conmigo, ya subidos en patines.
Mis patines retro no me dieron demasiada estabilidad y probé el duro hielo alguna vez.
Para completar el pack de deportes de inviernos he ido a ver una competición de patinaje sobre hielo dentro del programa de clasificación para los Juegos Olímpicos de Invierno. Un bonito espectáculo por países, en el que Rusia y los países del Norte de Europa coparon las primeras posiciones.
El hielo me ha acompañado durante estos meses de otoño.
Patinadoras a toda velocidad en el Olympic Stadium de Salt Lake.
A punto de empezar las vacaciones de Navidad en la escuela, todos los profesores hemos hecho la clásica comida- cena de Navidad (comer/cenar a las 4 de la tarde tiene difícil clasificación). Todos hemos comprado un regalo y los hemos repartido en un momento de unión muy agradable y divertido.
Elegir un regalo viendo sólo su envoltorio es un buen ejercicio de deducción.
Con todas estas actividades y novedades termina la primera mitad de mi segundo curso escolar en Estados Unidos, con un balance muy positivo y muchas ganas de cargar pilas en Navidad para retomar con fuerza la última parte del curso, con varios viajes en mente y mucho español por enseñar.
Muchas gracias a todos por pasaros y por vuestros comentarios. Disculpad mi perezoso retraso en actualizar. ¡Feliz Navidad!
Actualización de la actualización: hoy acaba de caer una gran nevada en la ciudad de Salt Lake, la más grande que yo he vivido en este país. Muchos niños ausentes, tráfico por la mañana, muñecos de nieve y muchas ganas de salir al patio a jugar con la nieve. Mi cañonero tenía una buena capa encima, pero no ha habido más incidentes, ya que todo está bastante preparado y, por ahora, no se espera cierre de colegios.
Debajo está mi sufrido coche, con un resquicio para poder conducir.
Me encanta esta foto de los niños haciendo ángeles en el recreo: una bonita imagen de la infancia.
Me gusta esta foto de un árbol solitario cubierto de nieve.
Que bien te lo pasas !!!
ResponderEliminarMe lo paso bastante bien, no hay mucha queja, Susanita!
EliminarAna Paz
ResponderEliminarY aquí a 20 grados...
A 20 grados y bastante lluvia, ¡por lo menos la semana y poco que he estado yo! ¡Me ha encantado veros y conocer a la peque!
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