martes, 15 de septiembre de 2015

Water washes everything...

Después de un Labor Weekend bastante ajetreado, con aviones y nuevas ciudades en el noroeste de Estados Unidos, voy a actualizar este blog con una entrada dedicada a una de las ciudades más modernas, progresistas y liberales de todo el país: Seattle, con su lema el agua lo limpia todo.

La ciudad de Seattle está en el estado de Washington (no confundir con la capital del país, Washington DC, en la costa Este) y es la ciudad más grande del área del Noroeste, entre el estado de Oregón y el sur de Canadá. Seattle es la cuna de la música underground, grunge y más independiente, con grupos como Nirvana o Pearl Jam, del mejor café del país (de hecho, el primer Starbucks de la famosa cadena de cafés está aquí) y de los movimientos antiglobalización y en contra del G8 (las manifestaciones del año 1999 aún se conocen como la batalla de Seattle). Su símbolo es el Space Needle o aguja espacial, presente en series como Frasier o Anatomía de Grey y visible desde todos los puntos de la ciudad.

 La bahía de Seattle es espectacular y es muy difícil verla sin lluvia, ya que Seattle es muy conocida por sus días grises, nublados y lluviosos.
 Desde lo alto del Space Needle se observa el centro de Seattle (señora incluida). 
 Aquí nació la cadena Starbucks y sus míticos (y caros) cafés.
 Cafeína y árboles, todo en uno.
 Vista de la aguja espacial desde el suelo. Espectacular.
"A veces llueve aquí. Vale, llueve muy a menudo".

Seattle es una ciudad muy cómoda para recorrer a pie, sin necesidad de tener coche. La Space Needle es uno de sus puntos turísticos más reconocibles, pero esta ciudad tiene muchos encantos y sorpresas: el mercado de pescado o Pike Place Market, donde los pescaderos se lanzan los pescados a la cara y nunca se les caen; el EMP Museum, una especie de Museo Guggenheim dedicado a la cultura pop y a a los grandes músicos que esta ciudad ha dado al mundo (con Kurt Cobain a la cabeza); los equipos deportivos de la ciudad, encabezados por los Seattle Seahawks de fútbol americano; sus numerosos parques y mercados al aire libre, especialmente en el barrio de Fremont; el trol bajo el puente, los escenarios de Tom Hanks en Algo para recordar o Anatomía de Grey y la sede de grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Boeing o la fundación filantrópica de Bill y Melinda Gates.

 El mejor marisco de USA se despacha a grito limpio en Seattle.
 A mis espaldas un laberinto de puestos de pescado fresco, fruta orgánica y café para llevar.
 Paredes y paredes llenas de chicle: mezcla entre curiosidad y asquito.
 Ajedrez urbano y a nivel humano en las calles del norte.
 En los muros del estadio CenturyLink de Seattle juegan (a golpes) los halcones.
 Bajo la lluvia de Seattle acompaño a Jimi Hendrix en un solo de guitarra.
 El Space Needle y la parte exterior del Seattle Grace de Anatomía de Grey.
 Jugando al Mario Bross (con su conocido soniquete).
 En esta ciudad, Nirvana es su Dios y Kurt Cobain, su profeta.
 Con el trofeo de la Superbowl ganado por los halcones marinos en 2014.
 ¿No os recuerda al Guggenheim de Bilbao? A mí mucho.
 Vistas desde el parque Kerry.
 Si vais a Seattle, no dejéis de buscar el trol de Fremont.
 Tener una estatua de Lenin en medio de la ciudad te da una idea de lo progresista que es esta ciudad.
 Jose y yo encontramos las tumbas de Bruce Lee y su hijo.
 Aquí comió Tom Hanks en Algo para Recordar. Llamarnos frikies es poco.
 A Seattle también se la conoce como La Ciudad Esmeralda.
 Panorámica del exterior del hospital donde trabajan (y mueren) personajes de Anatomía de Grey.
 Bill y Melinda Gates aman esta ciudad y su generosidad.

En resumen, una ciudad muy recomendable para pasar un fin de semana largo y muy cerca de otras ciudades interesantes como Portland, en el estado de Oregón, o Vancouver, en la vecina Canadá. Hemos apuntado para otra escapada la visita a la península Olympic, una zona de bosques muy verde y con pequeños pueblecitos con encanto, a una hora en dirección al Pacífico.

Para terminar, como el curso pasado, Halloween empieza a invadir las tiendas y los supermercados de la ciudad, aunque aún faltan casi dos meses para que llegue la noche más terrorífica del año.

Empieza la cuenta atrás para dulce o truco.
Este año tengo una placa nueva en mi puerta (¡y me encanta!).

Muchas gracias a todos por leerme y por seguirme en mis aventurillas americanas.