La ciudad de Seattle está en el estado de Washington (no confundir con la capital del país, Washington DC, en la costa Este) y es la ciudad más grande del área del Noroeste, entre el estado de Oregón y el sur de Canadá. Seattle es la cuna de la música underground, grunge y más independiente, con grupos como Nirvana o Pearl Jam, del mejor café del país (de hecho, el primer Starbucks de la famosa cadena de cafés está aquí) y de los movimientos antiglobalización y en contra del G8 (las manifestaciones del año 1999 aún se conocen como la batalla de Seattle). Su símbolo es el Space Needle o aguja espacial, presente en series como Frasier o Anatomía de Grey y visible desde todos los puntos de la ciudad.
La bahía de Seattle es espectacular y es muy difícil verla sin lluvia, ya que Seattle es muy conocida por sus días grises, nublados y lluviosos.
Desde lo alto del Space Needle se observa el centro de Seattle (señora incluida).
Aquí nació la cadena Starbucks y sus míticos (y caros) cafés.
Cafeína y árboles, todo en uno.
Vista de la aguja espacial desde el suelo. Espectacular.
"A veces llueve aquí. Vale, llueve muy a menudo".
Seattle es una ciudad muy cómoda para recorrer a pie, sin necesidad de tener coche. La Space Needle es uno de sus puntos turísticos más reconocibles, pero esta ciudad tiene muchos encantos y sorpresas: el mercado de pescado o Pike Place Market, donde los pescaderos se lanzan los pescados a la cara y nunca se les caen; el EMP Museum, una especie de Museo Guggenheim dedicado a la cultura pop y a a los grandes músicos que esta ciudad ha dado al mundo (con Kurt Cobain a la cabeza); los equipos deportivos de la ciudad, encabezados por los Seattle Seahawks de fútbol americano; sus numerosos parques y mercados al aire libre, especialmente en el barrio de Fremont; el trol bajo el puente, los escenarios de Tom Hanks en Algo para recordar o Anatomía de Grey y la sede de grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Boeing o la fundación filantrópica de Bill y Melinda Gates.
El mejor marisco de USA se despacha a grito limpio en Seattle.
A mis espaldas un laberinto de puestos de pescado fresco, fruta orgánica y café para llevar.
Paredes y paredes llenas de chicle: mezcla entre curiosidad y asquito.
Ajedrez urbano y a nivel humano en las calles del norte.
En los muros del estadio CenturyLink de Seattle juegan (a golpes) los halcones.
El Space Needle y la parte exterior del Seattle Grace de Anatomía de Grey.
Jugando al Mario Bross (con su conocido soniquete).
En esta ciudad, Nirvana es su Dios y Kurt Cobain, su profeta.
Con el trofeo de la Superbowl ganado por los halcones marinos en 2014.
¿No os recuerda al Guggenheim de Bilbao? A mí mucho.
Vistas desde el parque Kerry.
Si vais a Seattle, no dejéis de buscar el trol de Fremont.
Tener una estatua de Lenin en medio de la ciudad te da una idea de lo progresista que es esta ciudad.
Jose y yo encontramos las tumbas de Bruce Lee y su hijo.
Aquí comió Tom Hanks en Algo para Recordar. Llamarnos frikies es poco.
A Seattle también se la conoce como La Ciudad Esmeralda.
Panorámica del exterior del hospital donde trabajan (y mueren) personajes de Anatomía de Grey.
Bill y Melinda Gates aman esta ciudad y su generosidad.
En resumen, una ciudad muy recomendable para pasar un fin de semana largo y muy cerca de otras ciudades interesantes como Portland, en el estado de Oregón, o Vancouver, en la vecina Canadá. Hemos apuntado para otra escapada la visita a la península Olympic, una zona de bosques muy verde y con pequeños pueblecitos con encanto, a una hora en dirección al Pacífico.
Para terminar, como el curso pasado, Halloween empieza a invadir las tiendas y los supermercados de la ciudad, aunque aún faltan casi dos meses para que llegue la noche más terrorífica del año.
Empieza la cuenta atrás para dulce o truco.
Este año tengo una placa nueva en mi puerta (¡y me encanta!).
Muchas gracias a todos por leerme y por seguirme en mis aventurillas americanas.